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Hechos Clave

  • La pareja lleva ocho años casada.
  • Establecieron una regla donde el esposo tiene tiempo a solas al menos una vez al mes.
  • La esposa recibe un "tiempo para hablar" dedicado para procesar verbalmente sus pensamientos.
  • La pareja se mudó de EE. UU. a Tailandia permanentemente.

Resumen Rápido

Una pareja con tipos de personalidad opuestos, uno introvertido que anhela silencio y el otro extrovertido que necesita hablar constantemente, enfrentó luchas matrimoniales significativas debido a sus diferentes necesidades de comunicación. Después de años de citas a distancia que enmascararon el problema, vivir juntos a tiempo completo reveló una creciente amargura e irritación. Para salvar su matrimonio de ocho años, tuvieron conversaciones brutalmente honestas y establecieron un acuerdo estructurado.

La solución implica que la pareja introvertida obtenga tiempo a solas programado al menos una vez al mes, mientras que la pareja extrovertida recibe "tiempo para hablar" dedicado para procesar verbalmente sus pensamientos. Esta disposición permite que ambos individuos operen de la manera que mejor funciona para sus personalidades. La pareja ha mantenido con éxito este equilibrio, incluso después de mudarse a Tailandia, donde dependen de este sistema más que nunca para mantener su salud mental y la estabilidad de la relación.

Los Días Iniciales: Distancia Larga y Llamadas Épicas

Al principio, el estilo de comunicación de la pareja parecía ideal. A la esposa, Cindy, le encanta charlar y necesita hablar de todo, mientras que su esposo es un introvertido que prefiere el silencio. Durante las primeras etapas de las citas, sus llamadas telefónicas se describieron como épicas mientras se conocían. Hablaban durante horas mientras Cindy conducía una hora al trabajo y una hora de regreso a casa. Como dueña de un negocio, el esposo tenía mucho tiempo para estas largas conversaciones, y la distancia significaba aún más sesiones de maratón para hablar.

Después de dos años de conocerse, se encontraron en persona por primera vez. Pasaron un día juntos en Florida, y cuando el esposo se iba de regreso a Wisconsin, se besaron. Decidieron salir pero permanecieron en una relación a distancia. En ese momento, el esposo no pensó mucho en cuánto hablaban, ya que simplemente se estaban conociendo. La distancia proporcionó un amortiguador, con conversaciones en persona mezcladas con la vida diaria, lo cual era menos agotador que la proximidad constante.

Viviendo Juntos: La Realidad de la Proximidad

Después de casarse, el esposo se mudó a Florida, y la pareja finalmente estuvo junta a tiempo completo en una relación "normal". Fue entonces cuando la proximidad reveló un problema significativo. El esposo descubrió que su esposa es una adicta a hablar, un término que ella admite, a quien le encanta contar historias largas. Ella es extrovertida y requiere conexión humana, hablar y mucha socialización. Por el contrario, el esposo se dio cuenta de que es introvertido y prospera cuando no está hablando; le encanta la quietud y requiere mucha de ella.

Estar casados y pasar todo su tiempo juntos dejó claro que el esposo prefiere hablar lo menos humanamente posible. No le gustan las conversaciones largas ni las historias y necesita tiempo a solas significativo. Se encontró cada vez más irritado con todo el hablar, y la amargura se acumulaba con cada conversación y evento al que asistían. Lo que comenzó como una molestia eventualmente se convirtió en discusiones. El esposo se dio cuenta de que no estaban en un buen camino y que algo drástico necesitaba cambiar para salvar su matrimonio de ocho años.

La Solución: Honestidad Brutal y Estructura

Años de terapia enseñaron al esposo que no puede dejar que la amargura se acumule demasiado tiempo y que la comunicación es vital. La pareja tuvo una serie de conversaciones brutalmente honestas que involucraron más de unas pocas lágrimas. Discutieron exactamente lo que necesitaban de su relación con respecto a la atención, la comunicación y la socialización. De estas difíciles discusiones, acordaron una regla simple que funciona para ellos como introvertido y extrovertido.

El acuerdo consta de dos componentes principales diseñados para satisfacer las necesidades de ambos socios:

  • Tiempo a solas: El esposo introvertido obtiene tiempo de tranquilidad a solas al menos una vez al mes. Esto a menudo implica que él vaya a un hotel por un fin de semana o visite a sus hijos adultos en Wisconsin, mientras que su esposa visita a sus amigos en el sur de Florida.
  • Tiempo para hablar: El esposo acordó reservar tiempo enfocado y dedicado, cuando tiene la capacidad mental, para permitir que su esposa procese verbalmente todo lo que necesita sacar de su cabeza. Le da "tiempo para hablar" de manera intencional.

Este entendimiento significa que el esposo obtiene regularmente el tiempo a solas que necesita. La separación también les permite extrañarse y operar de la manera que mejor funciona para sus personalidades. El esposo señala que obtener el tiempo a solas que necesita ha fortalecido significativamente su matrimonio.

Probando la Regla en Tailandia

La pareja se mudó de EE. UU. a Tailandia permanentemente, proporcionando un nuevo entorno para probar su regla. Se encontraron en una situación donde no hay familia cercana, los amigos de EE. UU. no están presentes y sus hijos adultos no visitan con frecuencia. Ser todo lo que tienen en un país extranjero fue más difícil para la esposa extrovertida. En los primeros meses, el esposo trató de darle a su esposa lo que ella necesitaba: atención extra y tiempo juntos, hablando de cualquier cosa y todo.

A medida que se establecieron, el esposo comenzó a trabajar en coworking en Starbucks en todo Bangkok, a tomar largas caminatas solo y a tener masajes de pie solos. También construyó una oficina separada donde pasa mucho tiempo solo. Mientras tanto, su esposa hizo amigos y asistió a eventos locales de redes para mujeres. Ella está obteniendo la socialización y el tiempo para hablar que necesita y está construyendo una comunidad de personas que disfrutan hablar de la misma manera que ella. Ambos socios ahora están obteniendo lo que necesitan para mantener su salud mental y su relación saludable. El esposo aprendió que está bien priorizar sus propias necesidades sin que todo se desmorone.

"A mi esposa le encanta charlar y necesita hablar de todo, mientras que yo soy introvertido y prefiero el silencio."

— Kimanzi Constable

"Me encontré cada vez más irritado con todo el hablar. La amargura se acumulaba con cada conversación y evento al que asistíamos."

— Kimanzi Constable

"He aprendido que está bien priorizar lo que necesito, y que no siempre tengo que poner las necesidades de mis seres queridos antes de las mías."

— Kimanzi Constable