Hechos Clave
- Los niños tienen 4 y 6 años y hablan alemán y holandés con fluidez.
- La familia utiliza el método 'un padre, un idioma': la madre habla alemán y el padre habla holandés.
- El inglés se introdujo a los 2 años a través de libros, 'Peppa Pig' y la aplicación LingoKids.
- La madre se mudó a los Países Bajos y se casó con un esposo holandés después de una vida de viajes internacionales.
Resumen Rápido
Un padre nacido en Alemania que vive en los Países Bajos está criando a sus hijos para que hablen tres idiomas: alemán, holandés e inglés. La familia emplea un estricto enfoque de "un padre, un idioma" para garantizar la consistencia. Mientras que los niños están inmersos en el holandés a diario, los padres cultivan activamente las habilidades en alemán e inglés a través de la lectura, los medios y los viajes.
La madre, que creció viajando internacionalmente, atribuye sus propias experiencias a su deseo de criar niños multilingües. La estrategia de la familia involucra roles específicos: la madre habla alemán, el padre habla holandés y el inglés se introduce a través de métodos divertidos e interactivos. Los niños, de 4 y 6 años, ya hablan alemán y holandés con fluidez y entienden una cantidad significativa de inglés.
Una Base Construida sobre Viajes
El viaje hacia la crianza de niños multilingües comenzó con la propia educación internacional de la madre. Nacida en Alemania, sintió que no pertenecía allí desde una edad temprana. A los 11 años, persuadió a sus padres para que la enviaran al extranjero para una experiencia de escuela de verano en Eastbourne, Inglaterra. Este viaje en junio de 1994 fue un punto de inflexión, exponiéndola a diversas culturas e idiomas.
Después de esa experiencia, buscó una vida de viajes. Después de terminar la escuela y la universidad, viajó con mochila por Australia durante un año. Posteriormente trabajó en Dublín y más tarde consiguió un trabajo en Ámsterdam. En 2014, se convirtió en empresaria y vivió como nómada digital durante 3.5 años, viajando por Asia, Europa y Sudamérica. Este trasfondo sentó las bases para su decisión de establecerse en los Países Bajos y casarse con su esposo holandés.
Estrategia "Un Padre, Un Idioma"
Para manejar tres idiomas, los padres adoptaron una metodología específica. La regla principal que aprendieron fue ser consistentes y claros. Se adhieren al principio de "un padre, un idioma", lo cual ayuda a los niños a asociar un idioma específico con una persona específica, reduciendo la confusión. La madre habla alemán a los niños, mientras que el padre habla holandés.
Vivir en los Países Bajos presenta un desafío: los niños escuchan holandés por todas partes, pero el alemán no es parte natural de su entorno. En consecuencia, la madre asume el "trabajo pesado" para garantizar la fluidez en alemán. Ella comenzó a hablar alemán a sus hijos mientras estaba embarazada y continuó exclusivamente después de su nacimiento. Para reforzar esto, la familia:
- Lee libros diariamente en alemán y holandés.
- Maintiene videollamadas con abuelos que hablan alemán.
- Viaja a Alemania regularmente para visitar a la familia.
- Escucha podcasts en alemán para niños durante los viajes.
Estos viajes obligan a los niños a hablar alemán con parientes que no entienden holandés.
Introduciendo el Inglés 🇬🇧
El inglés se introdujo cuando los niños tenían 2 años de edad. Los padres hicieron que el proceso de aprendizaje fuera divertido en lugar de académico. Utilizaron libros y programas de televisión en inglés, como "Peppa Pig". La madre señaló que tomó algún tiempo antes de que su hija se diera cuenta de que estaba escuchando un idioma diferente, demostrando la adaptabilidad de los cerebros jóvenes.
Además de los medios, la familia utiliza la aplicación LingoKids, una herramienta interactiva diseñada para enseñar habilidades de inglés cotidiano a través de juegos y videos. La madre ocasionalmente mantiene breves conversaciones en inglés con los niños, particularmente cuando hacen preguntas. A medida que los niños crecen y comienzan a aprender inglés en la escuela, estas conversaciones aumentarán para consolidarlo como su tercer idioma natural. Reflexionando sobre el proceso, la madre declaró que si pudiera empezar de nuevo, introduciría el inglés hablado más activamente en una etapa más temprana.
Conclusión
Criar niños con tres idiomas requiere un esfuerzo significativo y una consistencia inquebrantable, particularmente cuando el idioma objetivo no es el idioma de la comunidad. Al combinar la regla "un padre, un idioma" con la lectura inmersiva, las herramientas digitales y los viajes culturales, esta familia ha nutrido con éxito un entorno multilingüe. Sus hijos, de 4 y 6 años, ya están manejando alemán, holandés e inglés con facilidad, un testimonio de la efectividad de su enfoque estructurado pero lúdico.
"La primera regla que aprendimos es ser consistentes y claros. Un padre, un idioma, porque los niños a menudo asocian un idioma con una persona, y cambiar entre idiomas puede causar confusión."
— Padre
"Podría haber introducido el habla del inglés con ellos más activamente antes."
— Madre



