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Hechos Clave

  • La autora tomó un descanso de 48 horas de la maternidad para ver a los Backstreet Boys en Las Vegas.
  • Pagó más de $500 por una entrada para el concierto en el Sphere.
  • El viaje requirió volar de Nueva York a Las Vegas y regresar en dos días.
  • Su esposo la animó a ir a pesar de su culpa maternal inicial.

Resumen Rápido

Una madre de cuatro hijos recientemente tomó un descanso de 48 horas de su familia para asistir a un concierto de Backstreet Boys en el Sphere de Las Vegas. Aunque vaciló debido a los desafíos logísticos y a la culpa maternal, su esposo la animó a ir. La autora reservó un vuelo de ida y vuelta desde Nueva York, pagando más de $500 por un boleto. El viaje duró exactamente 48 horas, saliendo el domingo por la mañana y regresando el lunes por la noche.

Ella describió la experiencia como una 'peregrinación' y un 'rito de paso del milenio'. La autora enfatizó la importancia de que las mujeres recuperen partes de sí mismas que existían antes de las parejas y los hijos. Señaló que el viaje requirió un 'trabajo invisible' significativo para preparar a la familia para su ausencia. En última instancia, regresó a casa sintiéndose renovada y recordando la importancia de la alegría y la amistad.

La Decisión de Ir

El viaje se concibió en febrero cuando los Backstreet Boys anunciaron una residencia en Las Vegas en el Sphere. En ese momento, la autora tenía 26 semanas de embarazo con su cuarto hijo. Sus dos amigas de la universidad inmediatamente sugirieron reservar boletos, señalando que la banda era la banda sonora de sus años universitarios. Sin embargo, la autora inicialmente vaciló debido al momento de los espectáculos en julio y agosto, que coincidían con su recién nacido de apenas dos meses.

Gestionar cuatro hijos, el mayor de los cuales tenía solo seis años, hizo que la idea de irse pareciera 'absurdamente ridícula'. A pesar de estas preocupaciones, su esposo le dio la 'luz verde', diciéndole: "Vete". Él declaró: "No entiendo el atractivo, pero no lo saltes por nosotros. Yo puedo manejarlo".

Planificar el viaje resultó difícil. Los espectáculos estaban programados de viernes a domingo, lo que chocaba con la observancia de la Shabbat por parte de la autora. Esto dejó el domingo por la noche como la única opción, requiriendo un vuelo matutino y pidiendo a su niñera que trabajara en un día libre. También sintió vacilación antes de dar a luz debido a la superstición y la culpa maternal.

A finales del verano, los clips de redes sociales del espectáculo la convencieron de comprometerse. Se identificó con un meme sobre una madre que le pide permiso a su propia mamá para ir, declarando: "Nunca me había sentido tan vista".

Logística y Costo

En julio, la autora finalmente decidió reservar el viaje. Ella y sus amigas organizaron un vuelo de ida y vuelta desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK) hasta el Aeropuerto Internacional Harry Reid en Las Vegas. El horario era apretado: saliendo el domingo por la mañana y regresando en el vuelo nocturno del lunes para estar de vuelta para el campamento del martes.

El compromiso financiero fue significativo. Debido a la popularidad del espectáculo, los precios de los boletos se habían disparado. La autora pagó más de $500 por su asiento. Señaló que mientras sus manos temblaban al hacer clic en el botón de compra, se convenció de que valía la pena por un recuerdo que duraría toda la vida.

La preparación requirió un esfuerzo extenso antes de que pudiera irse. Tuvo que escribir listas, hacer llamadas, precocinar comidas, dejar listos los atuendos, organizar los viajes en grupo y empacar bocadillos. La autora describió esto como el 'trabajo invisible' que a menudo recae en las madres en su hogar.

La Experiencia en el Sphere 🎵

El viaje duró exactamente 48 horas pero se sintió como una peregrinación. La autora lo describió como un rito de paso del milenio que la conectó con su adolescencia. Durante el fin de semana, sintió que no era solo una madre de cuatro, sino la chica que una vez coreografiaba rutinas en la habitación del dormitorio para "Everybody (Backstreet's Back)".

Dos momentos específicos definieron el viaje para ella. El primero fue el caminata desde el hotel Wynn hasta el Sphere. El hotel había trazado una ruta para los fanáticos, que vestían de blanco y tarareaban la música. Cuando llegaron al lugar, formaron un 'mar de blanco', creando una atmósfera eufórica.

El segundo momento ocurrió dentro del recinto cuando la banda lanzó "Get Down". La autora señaló que no había bailado así en mucho tiempo, y tampoco lo habían hecho las aproximadamente 20,000 otras personas presentes. Describió el evento como una gran fiesta de baile en lugar de solo un concierto.

Reflexión y Autocuidado

La autora destacó el contraste entre su rol en casa y su experiencia en Vegas. Señaló que aunque había hombres en el concierto, era indudablemente un 'asunto dirigido por mujeres'. La experiencia se tratabo de que las mujeres recuperaran las piezas de sí mismas que existían antes de las parejas, las carreras y los hijos.

Salió de Las Vegas sintiéndose cansada pero renovada. El viaje le recordó la importancia de la alegría y la amistad. Expresó el deseo de que sus hijos aprendan a buscar y proteger la alegría, incluso si eso significa 'cantar con todo tu corazón en una esfera azul gigante en medio del desierto'.

De cara al futuro, la autora mencionó que los Backstreet Boys están programados para regresar al Sphere durante Navidad, Año Nuevo y febrero. Aunque ella estará en casa con sus hijos durante esas fechas, apoya a otras mujeres que deciden tomar descansos similares para buscar alegría impulsada por la nostalgia.

"Vete. No entiendo el atractivo, pero no lo saltes por nosotros. Yo puedo manejarlo."

— Esposo de la autora

"Nunca me había sentido tan vista."

— Autora